Pequeñas luces, pero que importantes, para esos días de penumbra

Reconozco que ya pasados los primeros días, en los cuales básicamente dominó el intentar ordenar el kaos, ahora están llegando los días de la incertidumbre y claro estos van acompañados de dudas, miedos, preguntas difíciles de contestar, ansiedad, y un largo etcetera de sentimientos que en muchos casos suelen ser más negativos que positivos y que a mi, con esa parte tan grande emocional que “arrastro”, me estaba costando manejar.

Estos días básicamente han estado centrados en intentar tranquilizar a todos los que me rodean (familia, amigos, compañeros de trabajo, gente de mi equipo) y en apoyarme yo también en ellos, para intentar, al menos por momentos, lograr tranquilizar el espíritu en la medida en que las circunstancias que estamos viviendo nos permitan. 

Es verdad que a diferencia de la crisis que comenzó en 2008 y que iba apagando lentamente sectores, uno tras otro cómo si se tratara de una larga fila de farolas en la calle, esta vez el apagón nos ha llegado a casi todos y además de golpe.

Pero esta semana han ocurrido una serie de hechos que hacen que, aunque la calle aun esté en la penumbra, unas cuantas farolas empiecen a intentar dar luz.

La sensación que ha acompañado estos momentos me ha recordado mucho a cuando, no hace tanto, viajabas en moto sin gps solo siguiendo un mapa y unas instrucciones escritas en papel y pegadas en el algún lado del deposito de mi moto. Eran numerosas las ocasiones que rodabas perdido y con cierta aprensión, pero de repente había ese momento en el cual todo empezaba a cuadrar y salías del lio henchido de satisfacción y orgullo por esa pequeña victoria que fue volver a verte en el camino correcto.

Pues esa misma sensación la he vuelto a vivir en ciertos momentos durante estos últimos días.

La primera fue el otro día con todo el team de consultoría y comunicación. Son dos teams que trabajamos juntos en bastantes ocasiones y la semana pasada nos juntamos para ver que acciones podíamos llevar a cabo para: aumentar la moral de la tropa, sacarles unas sonrisas y hacer que por un momento se nos olvidara a todos el encierro, las dudas y la incertidumbre.

Fue un momento genial de creatividad que terminó derivando en muchas acciones y la primera que pusimos en marcha fue el primer vermut virtual de 3g Smart Group donde al día siguiente nos acabamos juntando más de 50 personas desde nuestras casas para poder sentirnos más cerquita unos de otros.

La segunda fue cuando recibimos la confirmación de la orden de pedido de uno de nuestros clientes, sobre una serie de talleres de consultoría que teníamos pendientes de hacer. Estaban en principio super re-confirmardos y solo suponían un retraso, pero cuando mi compañera Patricia me escribió diciéndome que si esa orden de pedido era del equipo de consultoría y le confirme que si, mi corazón no pudo más que dar un pequeño vuelco. Y sobre todo me alegré por una de mis consultoras que trabaja esporádicamente en nuestros proyectos. 

Ella es freelance y sabía que esta confirmación le iba a suponer un chute de moral tremendo…no tarde ni 5 min en llamarla y la celebración vía telefónica que hicimos, poco tuvo que envidiar a cualquier celebración de campeonato deportivo que imaginéis.

También este principio de semana tuvo un momento mágico cuando una compañía con la que teníamos pendiente la confirmación de que seguía adelante el proyecto nos confirmó que su central europea había dado el ok definitivo. Esto nos abrió las puertas a poder hacer la presentación del lay-out de sus oficinas a todo su equipo. Lo hicimos telemáticamente y los tonos de las voces de todos era maravilloso. Ellos por tener una reunión en la que palabras como coronavirus, trabajar desde casa, apagar mil fuegos, confinamiento se vieron desplazadas por dónde voy a trabajar, cómo me gusta ese rincón, en esa parte podríamos hacer las reuniones pequeñas de equipo, etc..

Y todo esto tuvo un broche final genial ayer por la tarde. Muchos de los que me estáis leyendo ahora mismo sabéis que soy entrenador de basket, pues ayer mi club hizo su primera reunión virtual de entrenadores de cantera y básicamente hablamos de cómo estábamos, de cómo estaban los chicos, de cómo podríamos encontrar fórmulas para ayudarles tanto en lo físico como en lo emocional (hemos pensado hasta hacer una liga virtual de PS4 de NBA 2k) y fue genial que un club de competición como es el Fuenlabrada generara una conversación tan humana ¡Felicidades cracks!

Todas estas anécdotas tienen en común la posibilidad de futuros cercanos con más luz que sombran y que nos permiten abstraer la mente a momentos de normalidad. Nos permiten imaginar, y también hacer tangible, un futuro no tan lejano y que está mucho más próximo a lo que sería la normalidad de un día a día. 

Os animo a que vosotros también busquéis, tanto de forma intencionada como accidental, esas pequeñas luces que nos permitan seguir avanzando por estas calles en penumbra, porque os garantizo que si seguimos caminando al final llegaremos.

Evidentemente no será un camino de rosas pero aunque rotos, con rozaduras en los pies, cansados, no siendo quizás la misma persona que cuando empezamos pero llegaremos. 

PD: Hoy ha salido el sol en Madrid, he podido subir a mi terraza y he estado todo el día trabajando desde aquí… ese tonto gesto y posibilidad ha hecho que pueda ver todo con un poquito más de luz!!!

Un poquito de luz a través de mucha energía.